Cresencio Hernandez - Vasconselos

Cresencio Hernández-Vasconselos, amado padre, esposo, y hermano, falleció

tranquilamente en Nacogdoches, Texas el 11 de noviembre, 2023. Nacido el 19 de abril

de 1962 en Huimanguillo, Tabasco, México, Cresencio es recordado por su risa

contagiosa, su amor por la naturaleza y su fe inquebrantable.

Su esposa devota, Yolanda Mazuca de la O, y sus cuatro amados hijos, Josué René

(Yolanda) Hernández, April (Emiliano) Hernández, Juan José (Jessica) Hernández y

Jorge Luis Hernández, lo participan con profunda pena, al igual que sus nietos Josué

Jared, Vanessa, Jay René, Valentina, Victoria, Violetta y Valeria, y sus hermanos, Hilda

Hernández, Gabriela Hernández, Apolonia Hernández, Julia Hernández, Gregorio

Hernández y Carmen Hernández. Se une a sus difuntos padres, Rafael Hernández

Osorio y María de Jesús Vasconselos, y a sus difuntos hermanos, Felipe Hernández,

Juan Hernández y José Hernández.

Conocido por su espíritu aventurero, Cresencio veía la belleza en la simplicidad de la

vida. Su pasión por la cacería y la pesca se igualaba solamente por su amor por la

jardinería y la pintura. Sus manos, usualmente manchadas de tierra o pintura, daban

testamento a su esfuerzo y su creatividad. Encontraba consuelo en los momentos

callados en la naturaleza, sea el leve susurro de las hojas en el viento o el suave

ondear del lago bajo su sedal.

Pero, por encima de todo, Cresencio era un hombre de fe. Sentía júbilo al alabar a

Dios, y muchas veces se le encontraba cantando himnos en la Iglesia. Su voz robusta

llenaba el cuarto, llenando a la congregación con un sentimiento de paz y unidad. Su fe

era firme y vivía su vida con la creencia de que cada momento era un regalo del cielo.

El sentido de humor de Cresencio era un rayo de luz en cualquier situación. Su risa,

robusta e infecciosa, es un sonido que por siempre resonará en los corazones de los

que lo conocían. Sus chistes, varias veces contados con un guiño en sus ojos, tenían el

poder de hacer sonreír a cualquiera que los escuchara.

En sus 61 años, Cresencio Hernández-Vasconselos tocó las vidas de muchos con su

bondad, su fe y su amor por la vida. Su legado continuará en los corazones de su

familia y amigos, su risa retumbando en sus memorias y sus enseñanzas guiando sus

vidas. Al lamentar la pérdida de Cresencio, también celebramos su vida, vivida con

pasión, fe y la abundancia del amor. Que descanse su alma en paz eterna.